Diario de trabajo para montar a Kleist por Mariana Percovich

“Cuantas cosas se agitan en el corazón de las mujeres que no son para ser mostradas a la clara luz del día”

Pentesilea de Heinrich Von Kleist (Alemania, 1777-1811)


sábado, 12 de febrero de 2011

Citas de cosas que encuentran el blog, para el primer dìa de ensayos...

El argumento es para Kleist un simple pretexto; su arte empieza cuando lo adorna todo con pasiones, con todo el entusiasmo de que es capaz. Por este moti­vo sabe crear muy a menudo la emoción con los medios más vulgares, débiles o remotos 
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Al principio de sus dramas (El cántaro roto, Guiskard, Pentesilea), las situa­ciones se enredan tupidamente, del mismo modo que las nubes preparan la tormenta, y a Kleist parece gustarle esa atmósfera sobrecargada, tensa y oscura, porque, por su tensión, oscuridad y sobrecarga, es la fiel imagen de su alma. La confusión de las situaciones corresponde a aquella confusión de los sentimientos que Goethe adivi­nó en nuestro poeta.
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Todos sus personajes tienen esta extraña mez­cla de fogosidad y de frialdad, de «demasiado poco» y «en exceso de brutalidad y de vergüenza, de supera­bundancía y de reserva, de versatilidad y de exaltación, hasta alcanzar la máxima tensión nerviosa. Todos marti­rizan incluso a aquellos a quienes aman (como Kleist a sus amigos); todos llevan prendido de los ojos un brillo de fuego peligroso que asusta hasta a los más escépticos; de ahí que su heroísmo no sea nunca popular ni esté al alcance del pueblo; nunca los libros de Kleíst han sido manuales del heroísmo. 
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He hecho lo máximo que permiten las fuerzas huma­nas: he buscado el imposible. Todo lo he apostado en esa jugada. El dado está ya echado; ahí está... y he perdido.
 Pentesilea