Diario de trabajo para montar a Kleist por Mariana Percovich

“Cuantas cosas se agitan en el corazón de las mujeres que no son para ser mostradas a la clara luz del día”

Pentesilea de Heinrich Von Kleist (Alemania, 1777-1811)


domingo, 22 de agosto de 2010

¿Drama o tragedia?

Con la Pentesilea no acabo de estar a gusto. Es de una estirpe tan prodigiosa y se mueve en una región tan extraña que tendré que tomarme mi tiempo para encontrarme entre las dos
Goethe



¿Es esta obra drama o tragedia? Cuando el discurso interno del texto empieza, se desarrolla y finaliza con pasiones humanas, siendo actor de ese pathos el individuo, es que estamos ante una tensión dramática. Pero si estas pasiones escapan del individuo, haciéndose protagonista del conflicto el destino, la ley o algún dios, es que estamos ante una tragedia.

Los conflictos en Pentesilea son internos; no la enloquece ningún dios, como a Ágave en las Bacantes, no se encuentra en un callejón sin salida ante las leyes, como Antígona, ante Creonte, no es presa del destino, como Edipo y su fatalidad; si acaso de su propio amor, de manera similar a Medea, convirtiéndose en una fuerza de la naturaleza, libre y sin medida, terrible. Y sin embargo, si se presta atención al texto, algo de Ágave tiene, pues descuartiza al ser amado; también conserva la lucha ante la ley de las amazonas, a la manera de Antígona; y hacia Aquiles le lleva una profecía, un sueño de su madre, un fatum, parecido al que conduce a Edipo. Pero ella es libre, como señalé, pues el sueño no la ha atenazado, sino que la ha liberado. En su interior lo deseaba:
Besos, mordiscos, son palabras que riman (*), y todo el que ama de corazón los puede confundir”.
(*) En alemán.